Silente serpenteo
las lenguas de la olas,
hurgando en el pasado
que dibujamos tú y yo.
Me pierdo en los pasillos
donde albergo tus recuerdos
en frases que en el tiempo
se murieron sin plasmar.
Mujer que me lanzaste
al desierto de mis horas
grabaste en mi memoria
tu sinfonía sin fin.
Y fluyes como un eco
que repite en el vacío
la esencia del encanto
de cuando éramos tu y yo.